Nara: el Gran Buda y los ciervos sagrados

Nara es una ciudad cercana a Osaka y a Kioto, de modo que puede hacerse una excursión de un día desde cualquiera de ellas.

Esta entrada pertenece a una serie sobre mi visita a Japón, si aún no lo has leído te recomiendo que pases por Antes de ir a Japón

Nosotras aprovechamos para ir desde Kioto y combinarla con dos templos en Kioto que están en la misma ruta del tren: JR Nara Line. No es necesario comprar billetes de transporte si se tiene activa la Japan Rail Pass (para más información consulta Antes de ir a Japón). Si se va a parar en los templos hay que tener ojo de que la JR Nara Line haga paradas donde queremos bajar, ya que en ocasiones no hace todas las paradas. Si quieres saber más, consulta Las afueras de Kioto.

Una vez en Nara, hay que tomar un bus que te lleve a la zona de los templos. Se puede hacer andando, pero si quieres economizar tiempo es mejor el bus. Nosotros tuvimos un ligero desvío con los buses porque coincidimos con la Maratón de Nara.

Nandai-mon- puerta. Enorme puerta de madera, poco cuidada, o no restaurada, según se mire. Estarás rodeado de ciervos, no te sorprendas pues en este lugar son sagrados, incluso venden una comida especial para que puedas darles de comer.

Tôda-ji: Gran Buda.  8.00-16.30. 500 yenes. Es la primera visita de todo turista en Nara. Dentro está el Gran Buda. Mide 16 metros de altura y está formada por oro y bronce. Se puede rodear todo el Buda y así admirarlo desde distintos ángulos.

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En la parte trasera en la derecha hay una columna con un agujero, se supone que es de la misma medida que uno de los orificios nasales del Gran Buda. Cuenta la leyenda que si se logra pasar por ese agujero se conseguirá la iluminación. Los niños pasan con relativa facilidad y es bastante común ver gente intentándolo.

Nigatsu-dô. Gratis. 24h. Y Sangatsu-dô. 8.00-16.30 500 yenes.

Ambos están muy cerca uno de otro. Las vistas desde Nigatsu-dô son preciosas.

Sumiyoshi Shrine. Desde aquí decidimos ir caminando por arriba (lo que nos llevó a ir por una carretera no muy transitada y no por mitad del parque) hasta el siguiente templo.

***LA ANÉCDOTA***

Presenciamos cómo un chiquillo que tendría no más de 5 años estaba llorando. Nos acercamos varios turistas para ver qué le sucedía porque estaba solo. El niño comenzó a sangrar por la nariz de la propia conmoción. Por fin, unos turistas que hablaban su idioma, lo llevaron a una tienda para calmarlo y esperar que alguien fuera a buscarlo. Nosotras nos quedamos preocupadas pensando en cómo era posible que hubiera un niño solo. Si bien es cierto que en Japón es bastante común ver niños en el metro que van al colegio solos, a nosotras no dejaba de chocarnos. El caso es que íbamos bien entretenidas pensando en eso, cuando vemos a otro niño solo que entra en los servicios. Poco después  vimos una señora con unos cuatro niños cogidos de la mano.  A su alrededor había otra señora que se movía de un lado a otro muy rápido, pero no gritaba. Algo me hizo pensar que era la que había perdido al chiquillo, así que me acerqué a preguntar si estaba buscando un niño. Así era! Hicimos la buena obra del día!!! Todo el camino hasta el otro templo casi lo pasamos comentando que en España cuando se pierde un niño lo primero que se hace es gritar a todo pulmón. En Japón, como son tan educados, no gritan ni para eso.

Kasuga-taisha: 9.00-17.00. Patios gratis. Tôkondô 300 yenes. Museo del Tesoro Nacional 600 yenes.  Combinada 800 yenes. Está retirado, pero el paseo es agradable. Este complejo se caracteriza por tener muchos farolillos. No dejar pasar una sala oscura que hay casi al final del circuito donde pueden verse encendidos. Es algo mágico. El camino de regreso está lleno de faroles de piedra.

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Kôfuku-ji: incluye una pagoda de cinco pisos.

Tras nuestra visita a Nara regresamos a Kioto tomando nuevamente la JR Nara Line. En el tren coincidimos con varias Maikos (aprendizas de Geishas.

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