Las afueras de Kioto
Esta entrada pertenece a una serie sobre mi visita a Japón, si aún no lo has leído te recomiendo que pases por Antes de ir a Japón
Nuestro día comenzaría con un buen desayuno en nuestro hotel. Puedes consultar más en Kioto, qué ver). En esta ocasión nos sentamos en la mesa central, esto suponía que coincidiríamos con otras personas frente a nosotros o a nuestro lado. Hicimos buenas «migas» con dos señoras. Ellas no eran de Kioto pero habían acudido para una reunión con sus amigas del instituto. Nos hablaron sobre las peculiaridades del desayuno de los japoneses pues a nosotras nos llamaba mucho la atención lo que ofrecía el buffet libre: sopas, arroz, pasta, ensaladas… Al parecer el desayuno y la comida son principales, y por ello copiosas. Nos recomendaron lugares para visitar y para comprar recuerdos. Las señoras fueron muy amables.
Principalmente hoy, camino de Nara, aprovecharíamos para visitar dos de los templos de Kioto más alejados del centro:
Fushimi Inari-taisha – 4 kilómetros de Toris en una montaña. Está a 8 minutos de la estación de Kioto y la parada del tren está muy cerca del Santuario. Abierto 24 horas. Gratis. Es uno de los lugares más fotografiados de Kioto, incluso diría de Japón. Si has visto películas japonesas como Memorias de una Geisha, lo recordarás. Recomiendan ir temprano o al atardecer para evitar cantidades grandes de turistas haciendo fotos. Nosotros lo recorrimos escogiendo caminos al azar. Tuvimos suerte y no encontramos mucha gente. El sitio invita a la meditación. Hay senderos secundarios que llevan a pequeños santuarios. Recomendable perderse.
Tôfuku-ji 9.00-16.00 400 yenes (uno de los mejores jardines). Con el tren desde Kioto o desde Nara parar en Tofukuji Temple. Por desgracia, nosotros por unos minutos llegamos en el cierre, así que no pudimos entrar.
Este día comimos en la estación de Kioto en el restaurante Sushi no Musashi. No sé vosotros, pero siempre he querido comer en un sitio de esos que se ven en las películas en los que los platos van desfilando como en un recorrido de tren rodeando a los cocineros. Vas cogiendo los platos y dependiendo del color es picante o no, o tienen un precio u otro. El té está incluido.
Aprovecharíamos la tarde noche para poner lavadora y secadora. En un viaje largo (más de una semana) es recomendable hacer uso de este servicio. Nosotros solemos elegir hoteles que cuenten con servicio de lavandería por monedas, ya que si es por prenda se encarece mucho. Normalmente en el lugar ofrecen incluido con el precio del lavado el jabón o lo venden en unas máquinas. También puedes llevarlo. Hoy en día hay opciones en tamaño pequeño para incluirlo en la maleta.
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