Malta, una capital con mucho que ofrecer
Nuestra llegada a Malta fue cercana la hora de medio día. Tras el trámite en el aeropuerto para recoger nuestro coche de alquiler (hasta nos atendieron en español) nos dirigimos a la capital de este pequeño país: La Valletta. Si quieres más información sobre nuestro alquiler de coche puedes consultar Antes de viajar a Malta.
Esta entrada pertenece a una serie sobre mi visita a Malta, si aún no lo has leído te recomiendo que pases por Antes de viajar a Malta
El tráfico en Malta es bastante pesado, esto es, es muy denso: para recorrer solo cinco kilómetros se puede tardar perfectamente quince minutos. Esto hace que haya que tener paciencia para algunos trayectos. A eso hay que añadir que en el navegador (nosotros usamos la App Google Maps para orientarnos) no se distinguen si las calles están en alto, en bajo o en un túnel, así que hay que acostumbrarse a interpretarlo. Uno de los grandes consejos que dan en la oficina de alquiler del coche es que dentro de La Valletta no se puede entrar con coche, y que las multas por acceder a zonas restringidas tendrán que ser asumidas íntegramente por los usuarios. Visto esto, nuestro primer destino con el coche fue a Floriana.
Floriana. Se trata de un municipio adyacente a La Valletta que da acceso a la misma. En sus calles es fácil aparcar sin cargo en domingo. El resto de la semana dependerá de los parquímetros, en los que hay que fijarse para evitar multas. También hay Parking público en las inmediaciones. Al bajar del coche caminamos por los Maglio Gardens situados entre las calles Il-Mall y Triq Sarria. En un lateral puede observarse San Publio, la Iglesia más importante de Floriana, en honor al primer Obispo de Malta que se dice fue el que recibió a San Pablo en su naufragio. Si quieres ver una imagen de San Publio puedes consultar Día 2 en Malta .
Fuente del Tritón: tras cruzar los Maglio Gardens te encuentras con esta impresionante fuente. En sus alrededores hay food track en los que puedes comprar comida para llevar a un precio muy económico. Nosotras nos hicimos con un buen trozo de pizza (una de las comidas típicas de Malta). Cerca queda el hotel The Phoenicia Malta, uno de los más lujosos del lugar.
Valletta City Gate: Al otro lado de la Fuente del Tritón encontramos la Puerta de acceso a la ciudad de La Valletta. Como ciudad amurallada y fortificada hay que cruzar un foso con un puente. La puerta está custodiada por dos enormes agujas en posición vertical. Al entrar lo primero que llama la atención es el edificio del Parlamento, que aunque mantiene el mismo color que el resto de edificios en La Valletta es de diseño moderno en exceso. Sorprende ese color vainilla de los edificios que se repite uniformemente en todo el país, incluso en las viviendas de particulares.
Ópera Real. Junto al Parlamento se encuentra la Ópera Real, espacio multiusos al aire libre. Se trata de las ruinas del edificio original el cual sufrió el deterioro actual debido a los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial. A nosotras nos recordó a Split en Croacia (próximamente más detalles de Croacia). Nos dirigimos hacia St Catherine of Italy para llegar al Albergue de Castilla de estilo renacentista. En la actualidad es la sede del primer ministro, así que no puede visitarse su interior.
Upper Barrakka Gardens. Cerca del Albergue de Castilla está el acceso a los jardines altos. Desde aquí hay unas vistas estupendas del Gran Puerto y de las Tres Ciudades (Copiscua, Vittoriosa y Senglea). Entre las esculturas que se encuentran en este lugar puedes encontrar una a Churchill.
Continuamos nuestra ruta pasando por el Palazzo Parisio (donde llegó a alojarse Napoleón) al que entramos. En su interior hay actualmente una cafetería.
Catedral de San Pablo y su museo. Su exterior es demasiado austero frente a otras Iglesias en el país, no así su interior barroco. Nosotras nos quedamos con las ganas de acceder porque el horario de apertura no coincidió con nuestras visitas. El horario es el siguiente: de lunes a viernes de 9.30 a 16.30 y sábados de 9.30 a 12.30. Última admisión media hora antes del cierre.
Plaza de la República: muy cerca de la Catedral encontramos esta concurrida plaza. Si alzas la vista sobre el edificio del famoso Café Cordina podrás observar el Reloj Solar. En el centro encontramos la estatua de la Reina Victoria. Tras ella está el edificio de la Biblioteca. Merece la pena detenerse un momento en el Café Cordina. Su interior tiene hermosas pinturas así como una lámpara de telaraña. Puedes degustar pasteles, pastas o helados. Nosotras tomamos uno de estos últimos. Recomendables.
Plaza de San Jorge. Mientras degustábamos nuestro helado caminamos por la Plaza. En una de las esquinas hay un hermoso pilar. La verdad es que en cada esquina se pueden encontrar esculturas, fuentes, pequeños altares… Así llegamos al Teatro Manoel. Al ser domingo lo encontramos cerrado, pero pueden realizarse visitas guiadas por unos 4€ de lunes a viernes.
Iglesia Carmelita. Encontramos esta Iglesia abierta con forma ovalada, en cuyo interior destacan los suelos. A nosotras nos llamaba mucho la atención que todas las iglesias tenían montón de bombillas en el exterior, a lo película navideña americana. Ciertamente les daba un toque muy original. Muy cerca de aquí se encuentra la Catedral de San Pablo Anglicana (que encontramos también cerrada). Desde el lado de La Valletta esta Catedral no destaca especialmente, sin embargo, desde el lado opuesto (por ejemplo desde el Fort Manoel o el Fort Tigné) puede verse su hermosa cúpula (que recuerda a la de San Pedro de Roma) y su torre acabada en punta.
Jews’ sally port. Llegamos hasta St Elmo Bay para luego subir hasta el Fuerte de San Telmo (que tiene forma de estrella). Actualmente alberga en la parte inferior el Museo Nacional de la Guerra (precio entrada aproximadamente de 7€). Muy cerca podemos ver el edificio de la Sacra Enfermería. Frente a él, junto al mar, hay pequeñas casas y una pequeña cala.
Memorial de la Segunda Guerra Mundial y Lower Barrakka Gardens. Ambos situados en el bastión de San Cristóbal. El primero está compuesto por un templete que contiene una campana. Suena cada medio día. A un lado está la escultura al soldado desconocido con una inscripción que dice: «Al caer el sol y en la mañana, los recordaremos». Frente al memorial están los Jardines bajos de Barrakka. Tiene magníficas vistas del Gran Puerto. Alberga también un templete dedicado a Alexander Ball. Hay una cafetería y un kiosko donde comprar algo para tomar mientras se disfruta de las vistas.
El descanso nos sentó de maravilla así como el refresco para hacer más llevadero el calor / humedad de La Valletta. Dejándonos perder por las calles de la capital vimos el edificio de la Universidad de Malta, la Iglesia de Santo Domingo y el de la Casa Rocca Piccola (visitas guiadas sobre 9€). En la calle principal encontramos una heladería que sirve los helados con forma de flor. El nombre es Amorino. Los helados buenísimos. Regresamos hasta el coche para dirigirnos a las Tres Ciudades.
Las Tres Ciudades, también conocida la zona como La Cottonera ha conocido a todos los invasores de la isla. El coche lo aparcamos en Triq San Dwardu.
Caminando llegamos hasta Kalkara, para apreciar la pequeña entrada de mar y la Iglesia de San José. La hora (el atardecer) nos hizo tener una perspectiva en tonos dorados de La Valletta.
Vittoriosa o Il Birgu. Fue durante mucho tiempo la capital de Malta. Pasear por sus calles desniveladas, apreciando los edificios es una de las mejores cosas que pueden hacerse en esta ciudad. Algunos de estos son: Palacio de la Inquisición, Plaza Victoria, la imponente Iglesia de San Lorenzo, así como el Museo Marítimo de Malta, desde el que hay unas impresionantes vistas del Gran Puerto y de Senglea. Hay que destacar también los albergues. Son edificios que sirvieron para alojamiento para los Caballeros Hospitalarios. La orden estaba formada por personas de distintas procedencias y lenguas, por lo que estos albergues se agrupaban por estas características. En el barrio donde se ubican, conocido como Collachio, sólo podrían acceder en aquella época los miembros de la orden. Estos albergues son más antiguos que los que hay en La Valletta. Podemos encontrar los de Inglaterra, Italia, Francia, Castilla, León y Portugal… El de Inglaterra es el único que mantiene su aspecto original (abajo en la foto).
Tomamos de nuevo el coche para dirigirnos a La Guardiola. Pasamos por La Puerta de Santa Elena ubicada en Bormla, así como por la Iglesia de San Julián en Senglea. Desde La Guardiola (parte baja) tomamos fotos del atardecer de La Valletta.
Sliema. Intentamos tomar una foto del atardecer desde el otro lado de La Valletta, esto es, desde Sliema. Sin embargo, el pesado tráfico de Malta nos dificultó la tarea, llegando ya de noche.
Tras un día muy ajetreado, decidimos dirigirnos a nuestro hotel. El hotel que elegimos consta de dos edificios separados por una piscina al aire libre. Cuenta también con una piscina cubierta, si bien no es climatizada. El desayuno es tipo buffet libre aunque no es muy variado. Cerca de la piscina al aire libre hay una pizzería, y se puede pedir para llevar a la habitación. En las inmediaciones se puede aparcar sin coste, pero en ocasiones es bastante difícil encontrar un lugar libre, además de que las calles cambiaron su sentido y el navegador no las tenía registradas. Nuestro hotel fue The buggibba Hotel. Para más información sobre los alojamientos en Malta, puedes consultar Antes de viajar a Malta
Plaza Buggibba. Fuimos a cenar en esta plaza por recomendación de la chica de recepción. Está ubicada cerca del mar.
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