Myanmar: Día 2 Bagan

Iniciamos nuestro segundo día en Bagan en una hora muy temprana. Hoy teníamos una actividad de la que tenía muchas granas: viaje en globo. En mi caso fue la primera vez. Tenía muchas expectativas sobre esto porque había visto muchas imágenes y videos de ello. Cabía la posibilidad de que el tiempo no nos acompañara, suspendiéndose, pero afortunadamente fue bueno.

Pertenece a una serie sobre Myanmar, si no lo has leído aún, te recomiendo Antes de viajar a Myanmar



Resumen:
Viaje en globo
Zona arqueológica de Bagan
Weather Spoon’s Bagan

VIAJE EN GLOBO

Nos preparamos y salimos a la recepción del hotel (The Hotel @ Tharabar Gate) a esperar nuestra recogida. El coche que vino por nosotros, simulando un vehículo antiguo, llegó puntual. Recogimos otras personas en el camino y después nos adentramos en la más absoluta oscuridad entre maleza. En el lugar donde estaban preparando los globos nos tenían preparado un pequeño desayuno consistente en café o té con pastas. En nuestro globo seríamos ocho personas, dispuestas de dos en dos en las esquinas, y el piloto. Recibimos las instrucciones de seguridad. Casi sin darnos cuenta estábamos en el cielo viendo el sol amaneciendo. Nuestro piloto nos daba vueltas en círculos para que pudiéramos tener vistas de 360 grados. Los templos desde el cielo se veían como una postal, como tantas imágenes que había visto mientras preparaba el viaje.

Tras una hora de vuelo llegamos a un campo donde nos estaban esperando con una copa de champagne y un buen desayuno con huevos fritos con jamón preparados en el momento. Nos entregaron un certificado de vuelo. Sin duda, la experiencia elegida con Balloons over Bagan fue inolvidable. A pesar de que el precio de la actividad es bastante elevado, merece la pena la inversión. Te cuento más detalles en Bagan: experiencia en globo donde doy más detalles y de dejo el dato de las otras empresas que operan para viajes en globo en Bagan.

ZONA ARQUEOLÓGICA BAGAN

Regresando al hotel aprovechamos para tomar nuestro desayuno incluido. Una vez cambiadas nos dirigimos a alquilar una bici eléctrica (o moto eléctrica díra yo) cuyo lugar estaba justo enfrente del hotel (16.000 kyats dos motos). Probamos el funcionamiento, bastante prudentes al principio. Fue divertidísimo y nos permitió una sensación de libertad increíble para movernos a nuestro antojo por toda la zona.

No hay un mapa definido con los templos, ni rutas establecidas pues en realidad la mayor parte del tiempo se va campo a través. Así que fuimos de un lugar a otro visitando los templos que íbamos encontrando. Coincidimos con un canario con el que intercambiamos impresiones. A veces la moto se nos atascaba en el polvo. En algunos templos había muchos locales vendiendo pinturas a mano, artesanías en madera, accesorios… Todo era muy bonito y todo queríamos comprar. Para entrar en los templos hay que descalzarse (incluidos los calcetines).

Como nuestro hotel estaba muy cerca decidimos acercarnos para comer en la habitación. Después continuaríamos nuestra visita.

Recuerdo que en un templo después de haber paseado, hecho mis fotos, me di cuenta que no tenía las llaves de la moto. Regresé sobre mis pasos y cuando estaba al borde del ataque de nervios un chico se acercó enseñándomelas. Las había visto y las había guardado para devolvérmelas. ¡Qué susto! En otro templo coincidimos con unos monjes que nos pidieron tomarnos fotos juntos. Casi sin darnos cuenta estaba oscureciendo. Unas chicas locales se ofrecieron a llevarnos a ver el atardecer pero yo les indiqué erróneamente el nombre de un templo (es fácil confundirse) y llegamos al lugar de la puesta de sol casi finalizando (Sulamuni Manmade Sunset Hill).

Aun con el cielo teñido de tonos naranjas, nuestras nuevas amigas nos hicieron una sesión de fotos. Conocí una chica argentina que viajaba sola que uno de sus sueños era visitar Granada, mi ciudad natal. Las chicas decidieron acompañarnos con su moto de vuelta para encaminarnos al hotel. Por el camino hablamos de que queríamos ir a ver el amanecer al día siguiente. Se ofrecieron a acompañarnos pero para ello necesitaríamos las motos a una hora muy temprana.

Fuimos a consultar al lugar del alquiler y nos ofrecieron una estupenda solución. Nos quedaríamos con las motos toda la noche para tenerlas a nuestra disposición desde temprano (pues ellos no estarían abiertos). Nos cobraron 10.000 kyats por las dos motos (que pagaríamos al día siguiente al entregarlas). Nos seguía pareciendo barato. Sorprendida por tal confianza no sólo nos dieron esa facilidad sino que nos cambiaron las motos por otras que estuvieran cargadas al completo. Pregunté entonces si podíamos por la noche ir hasta la ciudad y volver. Nos dijeron que sí.

WEATHER SPOON’S BANGAN

Regresamos a la habitación para dejar cosas y coger algo de abrigo y nos dirigimos hacia la ciudad. Queríamos ir a cenar a un sitio que había recomendado Alan por el mundo y ver un templo cercano. El camino era por una carretera asfaltada sin nada de tráfico. En la moto hacía bastante frío pero el paseo resultó ser muy agradable. Tras un tiempo llegamos a una zona más poblada y gracias al GPS localizamos el restaurante que buscamos. Pedimos y todo estaba riquísimo. Conocimos a un grupo que estaba sentado en la mesa de al lado que venía de viajar por América Latina. El lugar era muy agradable con una luz muy tenue. Tenía el techo decorado con multitud de banderas de todo el munto, aunque no detectamos la de Panamá (la familia de mi amiga es de allí).

No recuerdo realmente cómo surgió el tema, ya que nosotras muy amistosas, alabábamos el menú a los camareros que nos servían y acabamos tomándonos unas fotos con los dueños del lugar. Le comenté que conocíamos el sitio porque Alan por el mundo lo había recomendado en su canal de YouTube. Se sorprendió y preguntó: ¿es en realidad tan famoso Alan? Así que nos echamos unas risas mientras le contaba que yo conocía Alan por su faceta de actor en México y que también tenía su canal de viajes. Preguntamos si podíamos colgar una bandera panameña y no paramos hasta que quedó colocada. La cena fue una grata sorpresa en un ambiente muy agradable. Cuando acabamos nuestro tiempo de la cena (20.200 kyats dos personas) nos dirigimos a los puestos de artesanías y compramos muchas más cosas de las previstas. En verdad todo lo que venden es precioso.

SHWEZIGON PAGODA

Desde ahí tomamos las motos y nos dirigimos a un templo cercano. Por las horas que eran no había mucha gente así que visitamos todos los espacios en un bonito silencio. Una vez dimos por concluida la visita nos fuimos hasta el hotel. Había sido un día muy completo lleno de emociones.

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