Backstreet Boys, Volver a la adolescencia
Así me pasó el lunes 13 de mayo en Madrid. Volví a tener 15 años, a gritar, saltar y cantar como si no hubiera un mañana. Después de tantos años, por fin vería en directo a los Backstreet boys!
En mi adolescencia todas en el colegio teníamos algo de BSB en las carpetas, en casa y en el reproductor de CDs. Yo recuerdo intercambiar vídeos VHS grabados de la televisión con mis compañeras. Era la fiebre de BSB.

Y allí estaba yo en Madrid, rodeada de gente de más / menos mi edad, sorprendida de ver incluso quien iba con sus camisetas o gorras del grupo… ¿Habíamos vuelto a los 90s? Desplazados de distintas partes de España, un día un poco raro para cuadrar un concierto los que no vivimos en la capital, pero la nostalgia allí nos tenía reunidos a todos.
Los BSB no defraudaron. Tras no pisar España desde 2014 (un largo tiempo, dijeron ellos) dieron todo en un escenario que fue pura energía durante las dos horas que duró el concierto. No sentí vacíos, ni esperas, incluso empezaron casi puntuales (rondando las 21.05). La planificación del show está de diez, pues vas de un asombro a otro y de una canción a otra. Los efectos audiovisuales muy cuidados. Además me encantó el esfuerzo de ellos por decir algunas palabras en español más allá del simple «gracias», fue todo un detalle que recordaran cantar un pedazo en español de las dos canciones que sacaron en nuestro idioma de su primer disco (en 1996, casi ná).
Los chicos demostraron una vez más que los grupos coreográficos-vocales no son solo marketing. Incluso cantaron un tema a capella («Breathe» de su último disco DNA, que da nombre a la gira). Las coreografías espectaculares cuadradas casi al milímetro entre ellos. Entregados a un público que los ama, que no los ha dejado de amar en todos los largos años de espera, y que hasta me atrevería a decir que repetiríamos si el concierto fuera otra vez mañana.
Me sorprendí a mí misma cantando los temas que hacía bastante tiempo no escuchaba… y es que al final la música se siente, se tiene y no se olvida. La magia reside en las asociaciones que nuestra mente hace con la música… y en este caso todo son buenos recuerdos de mi yo adolescente.
Recordé aquellos tiempos en los que hasta los pasos me sabía y al mirar a mi alrededor me di cuenta que no era la única, que mi pasión era compartida con más de 15.000 personas que llenaron un Palacio de Deportes de Madrid para vivir con intensidad nuevamente la época de adolescencia. La verdad es que es poderoso ver cómo la música mueve tanta gente, nos une con el firme propósito de hacernos sentir felices.
Al finalizar, sentí satisfacción. Satisfacción por todos los años que he seguido al grupo y que por fin he visto tan cerca como nunca pude imaginar a mis 15 años. Al compartir mis vídeos en mi Instagram, me he dado cuenta de que no soy la única nostálgica, que todos tenemos un yo interior que nos lleva a aquellos años maravillosos. Quizás tenga razón ese pedazo de la letra de una canción que dice «cualquier tiempo pasado nos parece mejor».
Esta es la primera entrada de mi blog que dedico a la música. Si has leído ¿Quién soy? sabrás que tengo muchas pasiones además de viajar. Pero así como con los viajes tengo mis anécdotas, con la música me pasa un tanto de lo mismo. Pronto iré contando más aventuras relacionadas con esta pasión.
Por último, si aún no fuiste a verlos, te animo, porque merece la pena y es un recuerdo que tendrás toda la vida.
Aquí tienes el resumen de lo que fue el concierto:
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